No me sentía bien.
Mi creatividad se había retirado en una esquina oscura de mi ser.
Me sentía un poco triste.
Esta mañana pedí ayuda. Esto parece al rezar, porque la fuerza que me guía es invisible.
Mi cuestión era: “¿Qué puedo hacer?”
La respuesta generalmente llega a través de la intuición: “La vida que llevas ahora es la mejor escuela.”
No hay nada que hacer.
“¿Como puedo enseñar esto a otras personas?”
Después seguí un sentimiento para actuar. En aquel momento sentía que podía seguir buscando intenciones que van con los puntos de energía en el cuerpo.
Eran los puntos 9 y 10 que podrían ser explorados.
Qué delicioso es, literalmente, recibir respaldo.
Podemos siempre pedir ayuda, vaciar la mente, y escuchar la respuesta.
Escribiré el resultado en el “Punto luminoso” de esta página web.