Algunas veces, cuando leo algo, una palabra o una frase, éstas llegan a mí con una intensidad muy fuerte.
Esta vez ha sido una frase de un poeta español que dice: “No te rindas, no cedas”.
Estas palabras entraron directamente a mi corazón y, aunque parezcan estar en contradicción con la entrega y la franqueza a la que generalmente aspiro, me dieron una fortaleza de la que carecía hasta entonces.
Una especie de empeño que me era desconocido.
No te rindas, no cedas.
Nuestro subconsciente desconoce la forma negativa y siento que estas palabras se sitúan en el umbral de la rendición, entre rendirse y no rendirse.
De hecho significan: No te rindas, pase lo que pase.