Escucho lo siguiente cuando me pregunto hoy qué es lo que deseo escribir:
El amor es omnipresente para acompañarnos en el proceso de renacimiento por donde pasamos.
Podemos soltar sentimientos de duda en nuestra mente porque con nuestro intelecto nunca estaremos completamente seguros.
Nuestra verdadera sabiduría proviene de nuestro corazón y todas las distracciones que nacen de dentro o fuera de nosotros pueden ser dejadas atrás.
Los sentimientos de miedo, duda, crítica, caos son como guardianes de la entrada hacia nuestro verdadero yo.
La puerta está abierta y todo lo que se nos pide es pasar por ella con calma, abriéndonos a lo desconocido.
El tiempo para este proceso es siempre en el Ahora.
Me da la impresión que estoy preparándome para Viernes Santo.
Afortunadamente no solamente estoy escuchando la Pasión según Mateo de Bach, porque tengo también la de Juan, Marco, y Lucas.
¿Qué hizo este hombre de Nazaret por nosotros, que 2000 años después aún podemos sentir su eco?
Para mí es significativo que tenía una esposa.
Maria Magdalena es para mí un ejemplo de lo femenino y de la unidad entre lo sagrado y lo terrenal.
Percibo que me estoy moviendo en esa dirección.
Siento esos aspectos dentro de mí y la llamada a unirlos es mi destino.
La oscuridad y la luz dentro de mí.
La calidez de la vida y la frialdad de la muerte.
Confiarse y soltar.
Wir setzen uns mit Tränen nieder…