Estoy sentada fuera, en mi terraza.
Los pájaros cantan con alegría y oigo los jóvenes piando en el nido .
Cuando estoy presente en el Ahora no hay nada mal, al contrario, me siento gozosa, pero a veces me invade un miedo a los cambios.
Es un miedo que me asusta en mi núcleo más profundo.
Y que me dirige a buscar maneras para calmar mi ser temeroso.
En tales momentos escucho la canción ‘Times are Changing’ en Youtube, cantada por Josephine Baker en Carnegie Hall en 1973.
Su voz ronca y apasionada, y el ritmo de vals de la melodía ayudan a mi corazón y a mi ser corporal a reencontrar el estado de alegría.
Ahora, sentada fuera en mi terraza, sé que el núcleo de la tierra misma está conmocionado.
Ahora también soy consciente del hecho que se nos ha pedido de hacer saber a la tierra que nos damos cuenta de ello y que estamos dispuestos a asistirla en su proceso de cambio.
Mi corazón se ha calmado.
El triunfo no se encuentra en ser capaz de sobrellevarlo todo, o en tener éxito, el triunfo se encuentra en reconocer que hemos estado fieles a nuestro camino, en busca del amor, la verdad, la compasión, a pesar de lo que estaba ocurriendo en nuestras vidas y en el mundo.
Muchos de los que lean esto reconocerán conmigo que cada vez han vuelto a esta meta.
No son los resultados de nuestro esfuerzo, sino el camino mismo puede ser una marcha triunfal cuando somos capaces de dejar ir nuestro apego al éxito.
Traemos luz a la oscuridad con nada más que una vela en nuestra mano.
Me sentía agitada e irritada, por eso vacié mi escritorio, encendí una vela y pedí consejo a la llama.
Escuché: Deja que el fuego de tu vida sea visible en el mundo.
‘¿Cómo puedo hacer esto?’
Siendo brava y valiente.
‘¿Cuál es la diferencia entre las dos?’
Ser brava es dejar que la sabiduría irradie a través de ti. Tiene más relación con ser que con actuar.
Ser valiente es el ardor de mostrar tu voluntad.
‘Eso es más difícil.’
Si, es un abismo para ti hacer esto.
‘¿Cómo he perdido tal coraje?
Por un malentendido acerca de ‘Hágase Tu Voluntad’.
Estás convencida que existe una Voluntad externa a la tuya.
Esto es una ilusión basada en la interacción entre padres e hijos.
Tu voluntad es la Voluntad de lo Divino.
‘Mi voluntad es la Voluntad de lo Divino. No deseo nada más que escribir esto en la página web.’
Entonces ahora puedes ver que tu voluntad y la Voluntad Divina son una.