Pregunto a mi corazón: ¿“Durará mucho tiempo esta circumstancia de mi vida?”
O: ¿“Pasará rápido esta situación?”
Mi corazón responde: “Es la práctica de sentir la paz y la serenidad, independiente de las circumstancias de tu vida”.
Estoy asistiendo a un curso denominado “Curso del Yo Único”, dictado por Marc Gafni.
Ha surgido en mi una segunda naturaleza que yo deseo se apacigüe un poco.
Pero Marc destaca la importancia de la Presencia Única de cada persona.
A mi interior le gusta mucho, porque mi esencia se siente invitada a mostrarse más.
Una de las prácticas se basa en decir, suavamente y por dentro de uno mismo, “Sí”, a todo lo que sea que esté sucediendo, tanto dentro como fuera de mí.
El “Sí” se aplica tanto a experiencias positivas como negativas.
Es decir que también lo uso cuando pierdo mis llaves.
Cuando me siento enojada, exhalo un glorioso “Sí”.
Esto se siente como aliviar la presión inmediatamente, como cuando estalla un corcho, un enorme corcho que haya estado reteniendo la fuerza de un enorme pozo.
Decir “Sí” a todo no debe confundirse con estar de acuerdo con todo.
El resultado de aplicar esta práctica es que tu propia energía surja naturalmente, libremente; que se exprese tal como es.
Después de unos días siento el deseo de volver al silencio.
Digo Sí al silencio interior, siempre Sí.