Diario de Joos

Esta mañana hallé una araña grande en mi pared.
¿Qué podía hacer sino pedir ayuda?
Siempre se lo había pedido a mi esposo pero ahora, en mi casa estoy sola.
¿Qué hacer?
Debía encontrar mi propia solución.
Busqué un repasador de cocina para poder quitar la araña con suavidad,
Transmitiéndole confianza para que sintiera mis manos amistosas.
La luz del sol brillaba a través de la puerta que acababa de abrir.
Cuando estábamos afuera, mis manos la soltaron.
La araña cayó del repasador hacia su libertad.
Recordaba la ternura que mi esposo solía mostrar con tal tarea
y lo extrañaba mucho.
En este momento noté que su dulzura para la naturaleza se había quedado en mí.

Joos, 2 de mayo de 2020