A medida que mi vida se profundiza tengo menos palabras disponibles. Entonces pintar ahora es la manera de expresar mi naturaleza interna.
Siento un fuego interior que quiere crear y me encantaría tener más tiempo y espacio para hacerlo.
Es el fuego de mi alma que busca manifestarse en color y forma.
Mis pinturas son un reflejo de esta llama interior y espero que este proceso me ayude a encontrar las palabras también.
El proceso de pintura me guía para revelar partes desconocidas que están esperando para mostrarse.
Mi profesora es Shiloh McCloud. Enseña un método que ofrece la estructura para que los colores encuentren una forma que facilita que mi yo interior se haga conocido.
El método es simbólico. Las formas no pretenden representar una copia exacta de la realidad, sino sugieren la dirección hacia una verdad que es mucho más grande de lo que podemos imaginarnos.
Me encanta la paradoja y la tensión que existe entre la contención del silencio que siento en mi interior y la libertad de las pinceladas salvajes.
Me encanta vascilar entre la creación de colores sin forma que proporcionan el espacio para las formas significativas que surgen del subconsciente y, después de reconocerlos, pintarlos en el lienzo en una forma estilizada.
A menudo tengo que encontrar una manera de proceder con mi crítica interna, porque la tensión entre los resultados esperados y la imagen de lo que se muestra en la tela a veces es muy grande.
Pintar significa un proceso de transformación de mí misma que ocurre cuando todos estos ingredientes se mezclan. Conduce hacia una representación única y un entendimiento más profundo.
Las primeras pinceladas y capas en el lienzo son muy libres y me dan una vista sorprendente que me invita a escuchar más profundamente, para poder entender lo que está esperando manifestarse.
Varias capas de pintura acrílica conducen hacia una pintura en la que brilla la historia de las anteriores capas. Dejan una profundidad y dimensionalidad.
Pintar significa tanto la alegría de jugar con la pintura como el aspecto más profundo de silenciar la mente y escuchar lo que desea ser expresado.
Mi obra está formada por el mismo deseo que me hizo estudiar para ser psicoterapeuta y para escribir libros.
Esto tiene que ver con un anhelo profundo para crear y para descubrir una vida significativa, tanto para mí como para otros y, además, con el deseo de encontrar las herramientas que resuenan con mi ser más profundo.
El punto de vista emocional de mi trabajo resplandece e incluye partes ocultas de mí misma y las convierte en la totalidad de mi ser con ricas texturas, colores y formas.
Deseo que mi trabajo transmita un sentido de lo sagrado y que nos guie hacia aspectos más profundos dentro de nosotros mismos.
Me gustaría enseñar este método a otros.
Mi pintura de la Musa representa a un nómada con pocas posesiones.
La verdadera enseñanza de mi Musa llegó cuando un collar de oro desaperició de mi habitación en un hotel en Sedona.
Sabía exactamente donde lo había puesto: en una pequeña bolsa en la que también guardo mis cables de carga para mi Iphone e Ipad.
Estaba segura de que la diosa de la pobreza me estaba engañando. Informé a la recepción del hotel mientras que, al mismo tiempo, aprendí una lección: la sensación de abundancia no tiene que ver con las posesiones en sí mismas.
Puedo elegir atemorizarme o permanecer con el sentimiento de abundancia dentro de mi corazón.
Medio día más tarde la bolsa con el collar me fue devuelto.
La lección sobre mi posibilidad de elegir entre el miedo y la libertad sigue extendiéndose y abre otras puertas.
She who goes with the wind © Joos
Últimamente he estado estudiando a la diosa Lakshmi, la diosa de la abundancia y la prosperidad.
Mi interés en ella tiene que ver con el hecho de que quiero enseñar este método de pintar a otros y el focus de los talleres se centrará en el bienestar femenino.
Es por ello que me sorprendí cuando apareció una nómada en el lienzo. Tuve un momento de dificultad para adaptarme a la forma en la cual se mostró, con sus ojos penetrantes y una boca que apenas sonreía.
La imagen me enseñó que los sentimientos de abundancia no dependen de posesiones materiales, y me contó que se llama la diosa de la pobreza.
Una vez que comencé a aceptarla llegó a ser más fácil de seguir pintando. Comencé a disfrutar de la forma en que se mostraba.
Gozar es una cualidad de la diosa Lakshmi y de esta manera he vuelto a donde comencé.