Amárme a mi misma, a mi vida, es una lección que debo aprender, cada vez de nuevo.
La lección vuelve, una y otra vez, en várias formas nuevas.
Especialmente cuando me siento rechazada, abondonada por el otro.
Mando amor a las regiones más profundas de mi cuerpo.
Allí vive mi creatividad, nuevas ideas para seguir.
Sin sentírme abrumada por el comportamiento del otro.
Es allí donde el espacio para mí es importante, espacio para hacer aquello que es mí razón de vivir.
No importa si lo olvido de vez en cuando.
Porque eso también es parte de mi vida.
A veces siento el deseo de cambiar mi estilo de pintura.
Esta pintura está inspirada por una exploración del cubismo.
Me encantaba darle colores a las muchas facetas de su cuerpo.
El amor me envuelve como un abrigo protector.
Esta es la idea 87 de mi libro Plenitud Total.
Me doy cuenta cada vez más de que puedo aceptar completamente cómo me siento en toda mi humanidad.
Triste, enojada, celosa, indignada, crítica, insegura, tímida, temerosa de cometer errores con las personas que me rodean porque pienso que no cumplo con sus expectativas.
Todo está bien.
La convicción de que debería ser diferente de la forma en que me siento está tan profundamente grabada ...
Dejo penetrar la idea de hoy en las células de mi cuerpo y me siento aliviada.