Tanto en nuestra vida cotidiana como en la pintura podemos practicar El Arte de Dejar Entrar.
No tenemos mucho que decir sobre lo que nos sucede y mañana todo puede ser diferente.
Abrirme para esto es el desafio y a través de la pintura sigo a mi corazón y aprendo a permitir lo que quiera suceder.
Hice esta pintura cuando enseñé el método a otra persona y la imagen me recuerda que podemos abrirnos para recibir lo que es bueno para nosotros.
La persona en la imagen me parece contemplativa y expresa cómo me siento.