Esta pintura ha estado parada en una esquina durante mucho tiempo, porque no sabía cómo armonizar los colores de la parte inferior con los del lado superior.
Aparentemente, necesitaba alinear mi lado humano aún más con mi Ser Superior antes de poder hacerlo.
Escuchar a mi ser más profundo y superior y encarnarla es la misión de mi vida, mi destino.
El mochuelo en su hombro y el pájaro aparecieron solos.
Cuando hago una nueva pintura, no tengo un plan.
Aplico color en el lienzo y veo qué pasa.
Se siente como una cooperación entre las formas y los colores y yo.
Aunque esta vez me sorprendió el resultado, lo reconocí.
Expresa mi necesidad de volverme hacia adentro.
"Reflejando en la luna" es el nombre de la pintura.
Acaricio mi ser melancolíco en este tranquilo domingo de agosto.
Una voz más profunda se escucha, en tono susurrado.
Me siento silenciosa y espero que escuche mi bienvenida.
Quiero dar espacio a ella y oir lo que necessita.
‘Esto es todo’, me dice.
Hacía calor en España y por la tarde me quedé adentro para pintar.
Como soy una pintora expresiva, nunca sé exacto qué pasará.
Comencé con colores terrenales, pero durante la semana una energía feroz se hizo cargo.
El agua y el azul del cielo aparecieron en el lienzo.
Aquí está el resultado.
Ella tendrá un lugar en la entrada de la casa.
Me dará el bienvenido la próxima vez que vaya a España.
Pinté aquella pintura antes de cubrirla para la última versión.
Afortunadamente hice una fotografía.
Voy a imprimir la imagen sobre lienzo para tenerla cerca...
A medida que envejezco, siento a menudo que estoy ocupada.
El deseo de silencio crece.
Hoy fue un día tranquilo con un programa que dejò espacio para hacer compras, tomar café y disfrutar de la música que me gusta.
Y luego, finalmente, encontré la alegría de comenzar algunas pinturas nuevas.
Para mi mente pensante, la pintura no es tan importante.
Pero mi ser interior anhela revelarse salpicando pintura en libertad.
Doy la bienvenida a este poder creativo en mí misma.
Es un deseo de expresar mis motivos más profundos, buscando la forma.
Estoy sentada en la terraza de mi casa en España.
El viento sopla a través de mi cabello y escucho el rugido del océano.
Es un lugar tan hermoso desde donde puedo ver cuán grandes son las fuerzas entre las olas que se acercan y la arena de la playa.
Mi cuerpo disfruta de mirar la espuma blanca de la marea.
El sol brilla intensamente.
Me siento parte del misterio.
Un misterio que no puedo captar en palabras o en una imagen.
Aparentemente todo lo que tengo que hacer es disfrutarlo.
A mitad de mi libro Plenitud Total, escribí sobre una carta que compuse al ser iluminado dentro de mí.
Descubrí un ser hambriento que nunca estaba satisfecho con el amor que recibió y que siempre quería más.
Solía juzgarme por esto.
Mientras tanto, está claro para mí que el amor es eterno y siempre sentimos la necesidad de la realización de este amor.
Nuestros anhelos son bienvenidos.
Nos muestran el camino.
Miro el océano con sus olas turbulentas
y me pregunto quién es la que percibe esto y que lo vive.
El cielo infinito, pájaros volando,
la tierra a la que permanezco, las rocas.
Esta casa, tan familiar después de cuidarla durante 20 años, y ella cuidarme a mí.
Fue llevada a buscarla o soy yo quien eligió?
Nunca habría podido imaginar una casa que me conviniera tanto.
Era el sueño de otra persona y él me la dejaba a mí.
El milagro que llamamos la vida, mi mente no lo entiende.
Quizás no necesitamos explicarlo, solo en cada momento dar el paso siquiente.
Estoy sentada en el sofá de la sala de estar de la casa donde he vivido durante más de 50 años.
A mi derecha hay dos velas y una pequeña estatua de Buda.
En el otro lado tengo la vista al jardín.
Me encanta mirar los árboles altos en la parcela de los vecinos.
Ahora que es invierno puedo ver el cielo a través de las ramas y veo los pájaros volando.
¡Me siento tan privilegiada con toda esta familiaridad a mi alrededor!
A menudo pienso de las personas que no tienen calefacción y que viven en una guerra.
Estos pensamientos me hacen sentir que me estoy quedando corta..
Acabo de comprar un colorido manojo de tulipanes para celebrar la transición al nuevo año.
Y reflexiono sobre lo que deseo para todos nosotros.
Les deseo a todos prosperidad, paz y seguridad...
El deseo por lo masculino sigue desempeñando un papel en mi vida.
Acabo de pintar un hombre y una mujer en este díptico.
Lo disfruto cuando mi proceso interno es visible en una pintura.
A veces me da más claridad sobre un tema.