Ayer leí en un libro acerca de yang femenino.
El tipo femenino yang es firme, y no juzga de un modo autoritario como el yang masculino.
Siento que encontré un tesoro magnífico…
Estoy un poco resfriada y siento la necesidad de tomarme las cosas con calma.
Aparentemente esto tiene que ver con un portal de energía hacia una consciencia más elevada, en donde dejamos atrás todo lo que no cuadra con ella.
Es importante para mí soltarme y confiar, para reponerme.
Una y otra vez vuelvo a mi presencia en el Ahora.
Mi cuerpo se está integrando a la nueva consciencia.
Esta mañana, mientras manejaba por la autopista, vi un camión con el texto: ‘You need wings’, ‘Necesitas alas’.
Necesitamos alas para dejar atrás lo conocido, confiando plenamente en que el viento del cambio sostendrá nuestro vuelo.
Afuera está lloviendo, a dentro está ardiendo una vela.
Busco la serenidad dentro de mí en este primer día del nuevo año de los mayas.
Los mayas tienen muchos calendarios. Uno de ellos es basado en el ciclo de la luna: Un año consiste de trece meses de 28 días más un día fuera del tiempo.
La ventaja de un calendario lunar es que es universal. En todo el mundo hay luna llena en el mismo día, mientras que la influencia del sol depende del lugar.
Este año es caracterizado por la energía del glifo solar Muluc, Luna roja.
Hace poco que terminé de hacer una estatuilla de 'la última madre' para la Escuela de las artes sagradas.
Utilicé papel maché y luego pinté la figura.
Así apareció una india, anciana y sabia, con una larga cola de pelo negro que caía sobre su espalda.
Disfruto mucho al mirarla.
Una vez le pedí consejo. La respuesta fue asombrosa!
Durante el largo vuelo a los Estados Unidos, noto que no solamente traigo mi nueva maleta roja, sino también mi equipaje emocional, es decir, mi mente llena de preocupaciones que tienen que ver con situaciones anteriores.
En la habitación de mi hotel, con vista a la sierra de Nuevo México, estoy totalmente despierta aún a la media noche. Esto se debe a que hay ocho horas de diferencia con Holanda y el cuerpo aún no se adapta.
Hace falta mucha creatividad para descubrir cómo pasar aquellas horas de manera aunque sea un poco agradablemente.
Afortunadamente he traído una lapicera y papel.
Medito un poco y, con la mente vacía y en silencio tanto como puedo, trato de analizar el problema de no estar verdaderamente aquí.
Para saber más acerca de mi condición, hago un dibujo y noto que tiene que ver con un sentimiento de puro caos.
Es claro que debo resolver algo.
Entonces hago un nuevo dibujo, pero correspondiente a un estado más equilibrado: Un espacio sagrado para mí sola, con una vela ardiente.
Esta imagen me ayuda.
Estoy sentada al lado de la roca que protege nuestra casa contra el viento.
Decido pedir a la roca que me hable.
Escucho a los pájaros piando y a las olas del océano murmurando, pero la roca se mantiene en silencio.
Se ha cerrado y me llega el sentimiento que mi integridad está cuestionada.
Hace falta una integridad más profunda para escribir acerca de lo que la roca intenta decirme.
Presto atención nuevamente y escucho.
Nunca he mantenido mi oreja tan cerca de la roca.
Había abandonado la esperanza de un día ser capaz de escuchar lo que la roca intentaba decirme.
La roca ha sido padecida en todo tipo de acontecimientos.
Alguna vez era una capa horizontal de la tierra y ahora está prácticamente vertical.
De ser la tierra debajo de nuestros pies ha vuelto a ser la protectora de nuestra casa contra el viento.
Es tan bella.
Es eso lo que le quiero contar a la roca.
El calor del sol acumulado durante día, todavía irradia desde ella.
Escucho un tono que es a la altura de sonido de los insectos. Puede ser la reflexión del sonido del mar, o también algo nuevo.
Puede ser algo que la roca misma quiere contarme.
Siento mi yo pequeño cerca del milagro grande de esta roca.
Noto que es importante como ser humano no ser oportunista en escribir un relato acerca de esto, porque el oportunismo es precisamente lo que nos mantiene separados.
Siento la necesidad de crecer en amor para ser digna de la confianza de la roca.
Aparentemente la roca me relata acerca de la tierra que ha sido abusada por el hombre.
Me habla del hecho de que ha sido dada por sentado por los humanos, sin verdadera atención.
Quiero pedir la roca que nos perdone, a mí y a la humanidad, pero al mismo tiempo sé que, en lo que concierne a mí, tengo todavía un camino que recorrer antes de ser digna de la confianza de la roca.
Este ha sido el primer paso.
A veces la vida nos da un empujoncito.
Esta vez era un golpe.
¿Qué pasa?
Para la escuela de las Artes Sagradas de Lynn Andrews están planeadas dos conferencias por año de cuatro días cada una.
Había abandonado totalmente la idea de asistir a la primera reunión.
Tenía muchas razones para esta decisión:
Es demasiado lujoso viajar a Estados Unidos dos veces al año, mi familia me necesita aquí, quería atender todas las fechas de la competición de tenis.
El último día para registrarnos para la reunión fue hace tres semanas.
De repente, sentí una gran inquietud. Mi yo interior quería asistir.
Al cabo de dos días todo se arregló.
Iré.
Cada noche, después de la puesta del sol, Venus aparece como una estrella muy clara.
Cuando miro de nuevo, ella también, igual que el sol, ha desparecido detrás del horizonte.
Dentro, donde las lámparas están encendidas, vemos las últimas noticias en la televisión mientras que el misterio está sucediendo en cada momento.
En Holanda los niños todavía van a la escuela, mientras que en España la gente ya está celebrando la Semana Santa.
Las olas del océano rompen suavemente en un encuentro eterno con la tierra.
El sol naranja desparece detrás del horizonte, iluminando el cielo con un brillo de oro.
Una gaviota pasa por delante de nuestra ventana.
¿Para qué estoy aquí?
Estoy aquí.
Durante nuestro entrenamiento aprendemos a usar la rueda sagrada, la rueda de las cuatro direcciones.
Consiste en un círculo con las cuatro direcciones del viento y en el centro hay un círculo para nosotros mismos.
Percibimos desde este centro.
En el Sur está lo físico, el niño.
El Oeste es el lugar de las emociones y de la trasformación.
En el Norte encontramos Espíritu y el adulto de nuestro ser.
En el Este está nuestra mente.
La rueda sagrada es un instrumento muy esclarecedor para tener más comprensión sobre nosotros mismos, porque miramos nuestra condición desde varios ángulos.
Estoy fascinada.
