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Diario de Joos

31-10-2011

Fin del calendario maya

Mañana, 28 de octubre, se habrá completado el calendario maya.
Con esta fecha tan cercana, me resulta fácil percibir lo que está sucediendo.
Todas las estructuras antiguas están derrumbándose; podemos ver esto en nuestro entorno.
La gente que desea vivir en libertad y auto-responsabilidad se hacen oir.
Este mismo proceso está sucediendo en nuestro interior.
Noto que justamente los obstáculos que más me han molestado han resultado ser mis maestros principales para comenzar a vivir desde la nueva consciencia.
¿De qué se trata esta nueva consciencia?
Quiere decir que, cada vez vuelvo a optar por el amor en vez de descomponerme por el miedo a lo que podría pasar.
En lo más profundo somos amor, entonces a través de este proceso me siento más y más conectada con quién soy y con lo que está pasando Ahora.
Cuando no me dejo distraer por mis pensamientos, a menudo hay paz y silencio en  el Ahora.
También estoy consciente de que soy co-creadora y que estoy creando el futuro con mis pensamientos. Eso es así no solamente para mí futuro sino también para aquellos que vivirán después de mí.
También es importante no dejarme perturbar por la carga que tiene que ver con el camino del otro y, además, estoy consciente del valor de amarme a mí misma.
Porque las faltas de los otros, que me desarreglan, me recuerdan de partes de mí que hasta ahora no he logrado aceptar. Eso significa que los otros son espejos que me muestran en qué terrenos aún debo aprender a amarme a mí misma.
Dentro de mi corazón puedo sentir qué camino debo elegir. Siento aquella guía en mi vida de una manera corporal.
Vivimos en un tiempo significante. Parece que es una época de transición.
Termino este escrito con una paradoja: Aunque soy consciente del hecho de que somos co-creadores noto que no puedo influenciar lo que la vida me ofrecerá.
“Hágase Tu Voluntad” sigue siendo el mayor respaldo.

 

01-10-2011

Ser natural

Finalmente me he aclarado qué es lo que me quedará cuando suelte todo.
Es mi ser natural, el que llevo a dondequiera que vaya.
Al sentir mi cuerpo, me siento conectada con la vida y con todo lo que me rodea.
Aún cuando me relaciono enteramente con mi entorno, estoy consciente de que somos todos diferentes, pues cada uno transita un sendero distinto y propio.
Entonces, no debemos olvidar que somos todos únicos.
Del mismo modo que no hay dos rosas que sean iguales.